jueves, 20 de agosto de 2020

La informática enseña a pensar digitalmente



 (publicado en La Nueva España, Oviedo, 16 de agosto de 2020)


  • Antonio Bahamonde (Universidad de Oviedo, Presidente de la Sociedad Científica Informática de España, SCIE)

  • J. Ángel Velázquez Iturbide (Universidad Rey Juan Carlos, Vocal de la SCIE)

  • David López Álvarez (Universitat Politècnica de Catalunya, Vocal de la SCIE)



Todo lo que aprendemos nos enseña a pensar. Cuando queremos convencer a alguien de que debe leer, le decimos que así podrá conocer más palabras, y con ellas será capaz de comunicar nuevas ideas. Quizás solo podemos pensar lo que sabemos contar a alguien, o a nosotros mismos. Para comprender el mundo que nos rodea, hacer que sea un lugar mejor y tener un sentido crítico de la realidad, necesitamos dominar el lenguaje. 

 
La informática está llamando a nuestra puerta con un empuje difícil de ignorar, porque es el lenguaje de lo digital. Hemos de aprender informática porque nos permite conocer la lógica de los dispositivos digitales que nos rodean y por tanto comunicarnos con ellos. ¿No es más que razonable pedir una informática para todos?


¿Pero en qué consiste saber informática?

Muchas veces se oye hablar de la competencia digital; en inglés digital literacy. Consiste en el uso del software y los dispositivos digitales (ordenadores, tabletas, consolas de juegos, teléfonos móviles, etc.). La adquisición de esta competencia supone desarrollar habilidades para su manejo eficaz, eficiente, seguro y ético. 

Es muy importante que la población tenga este tipo de destrezas; no las podemos dar por adquiridas ni mucho menos. En 2017, la Unión Europea, en el índice sobre el nivel de digitalización (The Digital Economy and Society Index, DESI) dice que en España casi la mitad de la población carece de conocimientos digitales básicos; en el resto de Europa la cifra es sólo ligeramente mejor.

Sin embargo, no es suficiente con un conocimiento del uso. La informática incluye un conjunto amplio de hechos, conceptos y métodos, tanto de trabajo como de investigación. Tiene un carácter multidisciplinar ya que se encuentra en la intersección de las matemáticas, las ciencias y la ingeniería. El subcampo más importante de la informática probablemente sea la programación, pero hay que saber de otros campos, como la arquitectura de computadores, las bases de datos, las redes de computadores, etc.

En definitiva, la educación en informática debe incluir tanto su uso como una parte de su esencia como disciplina. Porque debemos formar a las personas de un mundo digital pero diferente al actual. Sin las bases del conocimiento tecnológico de las herramientas actuales no se podrán entender las bases sobre las que se construirá la informática del futuro.


¿Qué hacemos en España?

En estos momentos es posible terminar los estudios obligatorios sin haber estudiado nada de informática. Este hecho es poco conocido. Se da por supuesto que algo se estudiará y se ratifica porque vemos a los llamados nativos digitales desenvolverse con gran soltura con los móviles y las tabletas. Pero, desafortunadamente, solo es una consecuencia de lo bien que hacen su trabajo los diseñadores de aplicaciones de ocio. Las niñas y los niños no saben informática, aunque la usen con mucho entusiasmo.

Recientemente, el BOE (13 de julio de 2020) ha publicado la resolución de la Conferencia Sectorial de Educación sobre un marco de referencia de la competencia digital docente. Se trata la oficialización de un documento de 2017, que está alineado con el marco europeo DIGCOMP. La idea de esta resolución es disponer de criterios para la certificación de la competencia digital de los profesores; pero falta explicar dónde se van a utilizar esas competencias.


¿Qué deberíamos hacer?

Podríamos completar un relato con un plan que cambie las cosas en la educación. Esto supondrá redefinir todos los contenidos y metodologías, incluyendo lo mejor de todo el magnífico trabajo hecho hasta ahora en España y fuera. Y, por supuesto, incluyendo a la informática, pero como parte del núcleo central.

A veces, nos dicen que, desde el punto de vista académico, la informática es una disciplina transversal, que todas las demás la necesitan de alguna manera. Entonces, bastaría con enseñar lo demás con cierta modernidad tecnológica. No es suficiente, los idiomas vehiculares atraviesan (por su presencia) todas las disciplinas, pero no se renuncia a que haya asignaturas dedicadas a ellos, por supuesto. 

Habría que reforzar la imbricación entre las matemáticas y la informática tras una reflexión conjunta. Y por supuesto, insistir en los idiomas naturales (español, inglés, …) y artificiales como los de programación. Todo ello con el respeto y la dignidad que merecen estas disciplinas.

La informática no puede seguir siendo la hermana pobre de la cultura. A menudo escuchamos o leemos a opinadores profesionales con prestigio en campos ajenos a la informática que expresan su desconocimiento disfrazado de retórica. Todas las opiniones son bienvenidas, pero en informática ya somos lo suficientemente maduros, de verdad. Podemos manifestar nuestras propias reflexiones sobre las repercusiones (sociales, tecnológicas, éticas...) de lo que hacemos todos los días. Y queremos que la población en su conjunto tenga los conocimientos para tener una opinión sobre lo que es la informática y lo que supone para sus vidas.


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