La Nueva España
21 de agoto de 2019
El diálogo entre arte, ciencia, tecnología y sociedad está de celebraciones, y promete que habrá más
El arte, la inteligencia artificial, la ciencia y la tecnología tienen mucho que decir unidas. La construcción de productos disruptivos necesita creatividad, innovación y una dosis de heterodoxia. En Gijón, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial y la Universidad de Oviedo están trabajando en esta línea.
Ahora se habla de nuevos grados académicos y de la necesidad de modificar la enseñanza para adaptarla a las demandas sociales y económicas. Para contribuir a estos proyectos vamos a ver cómo estas colaboraciones transversales han funcionado y cómo pueden seguir haciéndolo.
Este año, el centenario de la Bauhaus está dando lugar a múltiples celebraciones y análisis de su singularidad. Fue la escuela de arquitectura, diseño, artesanía y arte que estuvo abierta tan sólo durante catorce años, entre 1919 y 1933, pero dejó una huella importantísima. Fundamentalmente porque conectó los ámbitos artísticos con los científicos, tecnológicos y sociales. La relevancia de esta experiencia fue enorme. En primer lugar, incorporó esta conexión al sistema educativo tradicional, algo desconocido entonces en él. Concebía el diseño como una plasmación industrial del arte y su relación con otras prácticas.
En segundo lugar, la Bauhaus hizo que su objetivo se volcase en innovar los procesos de producción artesanal. Además, esta escuela contribuyó a la transformación de las condiciones económicas, sociales y culturales al final de la I GM (Guerra Mundial), a través del arte, la arquitectura y el diseño.
El mantra de la innovación y transformación de la sociedad también seguía sonando después de la II GM cuando artistas e ingenieros del Bell Labs (hoy Nokia Bell Lab, también con sede en España desde 2017) colaboraron en proyectos de innovación y desarrollo tecnológico-científico y cultural. Su lema era humanizar las tecnologías y democratizar el acceso a los nuevos medios de comunicación. De allí surgieron en 1966 iniciativas como la legendaria asociación de artistas e ingenieros, llamada E.A.T. (Experiments in Art and Technology) a la que pertenecieron más de 6000 socios en todo Estados Unidos a finales de la década de los sesenta. Un año después, inspirado por estas experiencias pioneras, el MIT (Massachusetts Institute of Technology) inaugura el Center for Advanced Visual Studies dirigido por el artista György Kepes, exalumno de Moholy Nagy, uno de los profesores más innovadores de la Bauhaus.
Desde entonces, los Centros de Cálculo de todo el mundo comenzaron a invitar a músicos, arquitectos, pintores, escultores y poetas para explorar conjuntamente el uso civil que se podría dar a unas máquinas que hasta finales de la II GM habían sido utilizadas fundamentalmente en la industria militar. Entre estos centros figura el Centro de Cálculo de la antigua Universidad Central de Madrid (hoy día de la Complutense) que celebra su 50 aniversario también en 2019. Por allí pasaron artistas de la talla de Elena Asins, Ignacio Gómez de Liaño, Manolo Quejido, y muchos otros entre 1968 y 1973.
La colaboración entre artistas, científicos y tecnólogos forman igualmente parte del ADN del MIT Media Lab. Puesto en marcha en 1985, este laboratorio digital es uno de los más innovadores del mundo que cuenta con más de 80 multinacionales entre los patrocinadores de sus proyectos. De sus experiencias y metodologías de trabajo nacen iniciativas como STEAM (acrónimo de Science, Technology, Engineering, Art and Mathematics) que defiende la introducción de las artes en la educación científica y tecnológica, con el fin de fomentar la innovación.
Desde hace unos años, la Unión Europea apuesta también por la colaboración entre ciencia, tecnología y las artes a través de programas a gran escala como es STARTS (acrónimo de Science, Technology + Arts).
En la estela de la filosofía bauhausiana, STARTS pone en valor la aportación del arte a los procesos de innovación, de la integración/inclusión y de la sostenibilidad. Esta iniciativa reconoce igualmente que las dinámicas colaborativas entre artistas y científicos, las metodologías propias de la investigación artística y del pensamiento crítico, así como los procesos creativos son hoy imprescindibles para liderar las nuevas industrias digitales. Cabe destacar que en la declaración de principios de este programa reaparece la idea de la humanización de las tecnologías al servicio del bienestar de los seres vivos.
Dentro de esta línea de ayudas europeas, se convoca VERTIGO STARTS, una iniciativa liderada por el IRCAM del Centre Pompidou de París y el Fraunhofer Institut de Múnich, entre otros. El primer proyecto español realizado dentro de la convocatoria de residencia de producción de este programa ha sido The Plants Sense de los artistas asturianos María Castellanos y Alberto Valverde.
LABoral es uno de los socios colaboradores de la comunidad internacional de STARTS. En realidad, desde hace años, participa en proyectos europeos de similares características, pero también en distintas iniciativas locales y regionales en los que priman las investigaciones y puesta en marcha de colaboraciones entre proyectos artísticos, científicos y tecnológicos con otros de carácter educativo, empresarial e industriales de diversa índole.
Por otra parte la universidad asturiana cuenta desde 1986 con el Centro de Inteligencia Artificial. En su seno está el Machine Learning Group (grupo de Aprendizaje Automático) que investiga en Ciencia e Ingeniería de Datos especializándose en Aprendizaje Profundo, Sistemas de Recomendación, Cuantificación y aprendizaje de preferencias.
La conexión de esta red local de proyectos transversales con el tejido europeo culmina este año con la participación de LABoral con el Machine Learning Group en el European Artificial Intelligence Lab (AILAB). Durante los próximos tres años, juntos desarrollaremos proyectos de investigación y producción expositivos y educativos. El fin es fomentar una cultura más crítica y creativa en torno al uso de la inteligencia artificial en todos los ámbitos del conocimiento. Entre los trece socios fundadores de AILAB figura también Etopia Centro de Arte y Tecnología de Zaragoza, donde se celebró recientemente la Escuela de Verano del Laboratorio Europeo de Inteligencia Artificial.
El primer proyecto realizado por LABoral en colaboración con el Machine Learning Group ha sido la instalación interactiva Speculative Artificial Intelligence/ Exp.#2 del artista alemán Birk Schmithüsen. Aunque la producción de esta obra haya sido financiada por la European Media Art Platform (EMAP), de la cual LABoral también es socia, la permeabilidad de estas mismas redes internacionales ha hecho posible que esta obra se estrene el 5 de septiembre en la exposición del 40º aniversario del festival internacional de arte, ciencia, tecnología y sociedad Ars Electronica, con sede en Linz (Austria). Se trata del primer festival de estas características en Europa, hoy es punto de encuentro obligado para todas aquellas personas y profesionales que tengan curiosidad por las líneas más transversales del I+D+i o que trabajen en las zonas fronterizas entre distintos ámbitos de conocimiento.
El futuro de estas colaboraciones debe pasar por buscar aplicaciones que no sean meras mejoras incrementales de las que existen. La sinergia del arte y las tecnologías (incluyendo aquí a la Inteligencia Artificial) es uno de los caminos. Merece la pena que los exploremos.
AUTORES
Karin Ohlenschläger, Directora de Actividades de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial. Gijón
Antonio Bahamonde, Catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo.
